jueves, 4 de junio de 2009

María y Carolina


NANÚ

Érase una vez un hasky llamado Nunú que se encontraba en una perrera situada a las afueras de Frankfurt (Francia). A los perros de aquella perrera les trataban muy mal y les daban mala alimentación, en especial a Nanú. Naturalmente esta perrera no era conocida por ningún habitante de aquella ciudad.
Un día una joven llamada Lucía; protectora de animales tenía que revisar que todas las perreras de Frankfurt estuviesen en buenas condiciones de alimentación y estado.

Después de revisar varias perreras de la ciudad, se acordó de una perrera a las afueras de Frankfurt.
Tras un largo camino en coche y con varias paradas Lucía encontró un edificio viejo y muy destrozado con una placa donde ponía “perrera la amistad”.
Lucía llamó a la puerta y pregun a una señora con un uniforme muy extraño:
-Vengo a revisar las condiciones de alimentación y estado de esta perrera.
La señora dijo muy enfadada:
-No, no usted se ha equivocado esto ya no es un perrera.
Y cerró la puerta muy bruscamente.
Al final Lucía consiguió entrar .Al entrar contempló una perrera totalmente destrozada, al ver a los perros en tan mal estado decidió llevarlos en su furgoneta .Le causó gran interés un perro llamado Nanú y decidió quedárselo como mascota.
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A los demás perros los llevó a una perrera que tenía unas buenas condiciones de estado.
Cuando llegaron a casa Lucia intentó jugar can Nanú pero al parecer no tenía ganas de nada. Lucía, preocupada por el nuevo individuo que habitaba en su casa, pensó, y pensó hasta dar con la conclusión de llevarle al veterinario el próximo día.
Al día siguiente Nanú estaba aún peor por eso Lucía se preparó rápido y le llevó al veterinario. La veterinaria le echó un vistazo y dijo a Lucía algo sorprendida:
-Me temo que este hasky no está nada bien por condiciones desconocidas y si no se realiza una operación pronto morirá.
-¿Cuánto costaría la operación?
-Más o menos unos 9.500 €
-Yo no tengo ese dinero, y el dinero que gano lo utilizo para comer -dijo Lucía desesperada.
Al salir del veterinario se le ocurrió una idea, y llamó a su primo diciéndole:
-José, ¿me podrías decir si en algún otro país valdrían más baratas las operaciones de perros?
-No estoy muy seguro pero yo podría ayudarte. ¿De qué perro se trata?- dijo Pedro intrigado.
-De un hasky llamado Nanú- dijo lucía.
Al día siguiente Lucía se despertó muy temprano y se preparó muy deprisa, cuando de repente sonó el timbre. Era José decidiendo:
-He contratado un vuelo a América pero no te preocupes lo pagaré yo. Pero... ¡es tarde!
Entonces Lucía cogió a Nanú, se vistió y se fueron al aeropuerto.
Cuando llegaron al aeropuerto el avión ya había despegado .Lucia exclamó:
- ¡Oh, no hemos perdido el avión! y... ¿ahora qué hacemos?
-No te preocupes ese no era nuestro avión, y falta media hora para el nuestro, la verdad lo que te he dicho era una broma para que te dieras prisa.
Más tarde cuando pasó el tiempo previsto se oyó algo por megafonía:
-Los pasajeros del vuelo 4 con destino a América dirigíos al avión.
Lucía bastante nerviosa por despegar dijo a José:
-¿Tú crees que se recuperará?
Entonces José dijo:
-Yo creo que sí en América hay muy buenos médicos.
Después de 10 horas Lucía le preguntó a José:
-¿Cuánto tardaremos en llegar?
-Lo más posible es que lleguemos dentro de una hora.
Cuando llegaron a América y salieron del aeropuerto José exclamó:
-Pero, ¿y Nanú?
-¡Oh no!, teníamos tanta prisa que nos lo hemos dejado en el aeropuerto - respondió Lucía preocupada.
-No te preocupes estaba tan cansado que no ha podido moverse de donde le hemos dejado -dijo José- bueno tan solo tenemos que recordar cual era la parte del aeropuerto en la que bajamos del avión.
-Pero... ¿cuál era?-dijo Lucía mientras pensaba- el aeropuerto era tan grande que, ni la recuerdo.
Pasaron minutos de silencio cuando Lucia dijo:
Lo recuerdo, lo recuerdo! Tú, sígueme y confía en .
Lucía salió corriendo mientras José le seguía.
Cuando llegaron al aeropuerto no encontraban a Nanú pero por suerte un policía que estaba allí preguntó:
-¿Es este vuestro perro?
-Si, si es mi perro -dijo Lucía disculpe las molestias pero...por favor, ¿me puede decir alguna clínica veterinaria buena y económica de la ciudad?
-Mira en el centro de la ciudad, al lado de la plaza mayor, se encuentra la mejor clínica veterinaria de Alemania y además te tratan muy bien.
-Vale muchas gracias.
Lucía y José se fueron en busca de aquella clínica veterinaria que les dijo el policía.
Al llegar Nanú estaba muy mal, y la veterinaria les dijo:
-Pero... este perro necesita una operación ahora mismo.
-¿Cuánto costaría una operación inmediata?-dijo Lucía.
-Unos 1.000 aproximadamente, pero por las condiciones de tu perro te lo tendría que subir a unos 1.500.
-Lo siento ahora mismo no puedo pagarlo, antes tendría que trabajar una semana entera, día y noche.
- Vale te haremos la operación, con un préstamo. Tienes una semana para pagarlo.
¿Vale?
- De acuerdo, acepto el trato.
-¿Puedes ayudarme a llevar al perro a la sala de operaciones?
-Me encantaría.
La veterinaria y Lucía lo llevaron a la sala de operaciones. José dijo:
- Lucía nosotros tenemos que quedarnos en la sala de espera, mientras ellos hacen la operación.
- Vale- dijo Lucía.
Al cabo de una hora sacaron a Nanú en una camilla. Detrás salió la veterinaria diciendo:
- La operación a salido sobre ruedas.
- ¿Seguro que está bien?
-Sí, está perfectamente solo tiene que guardar reposo unos cuantos días.
-Y, ¿podría viajar en avión?
-Si como no.
Lucía contenta del resultado de la operación, cogió a Nanú y junto a José se dirigieron al aeropuerto.
Al cabo de una hora llegaron a Frankfurt.
Lucía contenta dijo a José:
-Gracias por ayudarme.
-No hay de que, otro día será al revés.- dijo José.
Entonces se despidieron y quedaron en llamarse más a menudo.
Lucía le llevo a casa para que se fuese acostumbrando al olor de la casa. Cuando ya estaban allí .Nanú se tumbó en la cama para descansar, Lucía mientras tanto, compró una revista para cuidados caninos.
A la mañana siguiente Lucía se despertó y vio con muy buen aspecto a Nanú.
De repente sonó el timbre tres veces seguidas Lucia, contenta pensó " ¡Solo llama así una persona José!"
Se levantó corriendo de la silla para abrir la puerta y para dar un fuerte abrazo a José.
Al abrir José preguntó:
-¿Qué tal está Nanú?
-Está estupendamente y solo gracias a ti-dijo Lucía dando un fuerte abrazo a José.
-Bueno no solo es gracias a mi, tú también has echo un gran trabajo-dijo José-si quieres nos vamos al parque a jugar un poco con Nanú.
-Será estupendo -exclamó Lucía- espérame en la puerta que preparo a Nanú.
Y así José y Lucía se hicieron grandes amigos y cada sábado salían a jugar con Nanú.